Cuando el cambio duele: resistencias en las implementaciones (y cómo las manejamos sin perder la sonrisa)
- Adrián Brizuela

- 2 sept
- 2 Min. de lectura
Implementar un software de gestión en una empresa no es solo instalar pantallas y migrar datos. Es, sobre todo, trabajar con personas. Y cuando hay personas, siempre hay emociones. Y cuando hay emociones… aparecen las resistencias.
Lo entendemos: un nuevo sistema cambia rutinas, obliga a aprender cosas distintas y, en muchos casos, saca a la luz “secretos” de cómo funcionan (o no) los procesos internos. Y claro, no siempre es fácil.

En MorganaTec ya tenemos unos cuantos kilómetros recorridos en este camino, y con el tiempo aprendimos que estas resistencias no son un obstáculo: son parte natural del proceso.
Ejemplos reales (con los que seguro más de uno se sentirá identificado)
“Queremos capacitaciones, pero que sean con nuestros propios datos”. Los modelos genéricos no sirven, nos dicen. Aunque sepamos que son el mejor punto de partida, algunos equipos quieren ver el sistema con sus clientes, sus productos y sus errores de ortografía en la base de datos.
“No tenemos por qué explicar nuestros procesos, eso ya lo sabemos”. Y a veces la explicación viene con un enojo de regalo. El problema es que si no lo entendemos, no podemos ayudar a mejorarlo.
“Queremos que el sistema sea más… no sé, más ágil, más simple, más como debería ser”. Descripciones vagas de mejoras que nos hacen sentir como si estuviéramos en un concurso de adivinanzas.
Migraciones con datos incompletos o desordenados. Nada como recibir un Excel con columnas misteriosas y filas en blanco para poner a prueba la paciencia zen de cualquier consultor.
Lo que hacemos para no chocar de frente con la pared
Empatía ante todo. Sabemos que para los líderes y usuarios clave esto no es “otro proyecto”: es su trabajo, su empresa y su forma de hacer las cosas. Ponernos en sus zapatos nos cambia la perspectiva.
Orden desde la primera reunión. Aclaramos qué puntos requieren atención especial. Así nadie se sorprende a mitad del camino.
Curiosidad genuina por el negocio del cliente. Les decimos que queremos aprender cómo trabajan. Y no lo decimos por compromiso: de verdad nos gusta. Entender sus procesos es lo que hace que la implementación funcione y, además, lo disfrutamos.
Videos de pruebas. Cuando hacemos nuestras pruebas, grabamos lo que hacemos. Eso ayuda a que los equipos lleguen mejor preparados a las reuniones de ajustes (y nos evita repetir veinte veces lo mismo).
Migraciones con un empujoncito extra. Aunque el tiempo de carga de datos es responsabilidad del cliente, sabemos hacerlo de manera más automática y muchas veces damos una mano. Es tiempo que todos ganamos.
¿Y por qué lo hacemos así?
Porque creemos que las implementaciones son mucho más que proyectos técnicos. Son oportunidades de construir relaciones a largo plazo, de demostrar que la experiencia sirve, pero que siempre se puede mejorar.
En MorganaTec apostamos a la naturalidad y a la buena predisposición. No vamos a negar que a veces terminamos la jornada cansados, pero también convencidos de que acompañar a nuestros clientes en este proceso es, en sí mismo, un aprendizaje que nos hace mejores.
Y si además podemos hacerlo con una sonrisa y alguna anécdota divertida en el camino, mejor todavía.




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